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Por invitación y de exhibición: ¿Iniciativas que salvan la ventana de verano?



Todavía con el éxito organizativo del partido de los Classic All Blacks en Madrid coleando, esta semana se colaron varios rumores que no han tardado en confirmarse: los Barbarians disputarán, también frente a España XV, un partido en Gijón, el próximo 25 de junio. Además de las lecturas deportivas que cada uno quiera hacer de los rivales en cuestión, asalta el pensamiento sobre esta clase de iniciativas privadas, que completan una supuesta oferta de World Rugby que, a veces (como es este verano), no llega en las condiciones deseadas (casi ni llega) o bien llega en una salida a medias.

¿Hasta qué punto es positivo que estos partidos se construyan desde promotores privados? ¿Cómo de interesante se antoja en lo deportivo esta clase de encuentros? Son dos preguntas que van muy de la mano, ya que los promotores privados tienen que realizar, mínimo, dos gestiones con la Federación Española: la autorización de que se juegue un partido de rugby unión en España y la solicitud y trámites que conlleva la, digámoslo así, cesión del combinado nacional cuando este está enfrente. 

Rugby es rugby, y casi siempre será bienvenido. No obstante, existen voces críticas que alertan sobre este tipo de encuentros de exhibición frente a equipos que los ingleses denominan, castellanizado burdamente y de manera horrenda, "invitacionales" y que reclaman una mayor presencia de selecciones de calidad, y no tanto combinados ad-hoc, a pesar de lo objetivamente positivo que tienen estos encuentros en cuanto a visibilidad y promoción. De hecho, ambos encuentros se habrán disputado fuera de esa ventana oficial en la que, por sus características, no tienen actualmente cabida.

Tras el desastre que supuso la eliminación de España del Mundial tras la deducción de 10 puntos en el clasificatorio por el caso Van den Berg, todos asumimos que el también celebrado partido contra Italia del 2 de julio no tendría ningún recorrido cuando vimos también que aquel más que probable encuentro contra Italia A se esfumaba. Se comentó la disposición de World Rugby de ofrecer a Brasil y Argentina XV, infructuosa maniobra, y a la confirmación de España en sustitución de unos French Barbarians que al final no jugará contra Canadá, que, al final, deja un sabor agridulce

¿Espacios de celebración? A pesar de todo

El partido contra los Classic All Blacks, que generó muchísima visibilidad y, pese a todo, se convirtió en una fiesta de celebración, fue un punto de inflexión: Kiwi House, organizadores de aquel evento, habían demostrado que las iniciativas propias y teniendo enfrente a España podrían tener su cabida en un calendario y una programación que se iba cayendo a cachos.

Hoy tenemos el cruce contra los Barbarians como segunda prueba de esto en apenas un mes, y tercera si contamos el ya fallido partido que iba a enfrentar a Italia A contra Diables. En general, estos encuentros serían complementos ideales para una ventana con más empaque deportivo, llenando de celebración un horno que no está, precisamente, para bollos. Ahora bien, habrá que ver cómo el precipitado anuncio del partido contra los Baa-Baas cala en el público, un respetable al que se le presupone el apoyo a un XV del León envuelto en un culebrón histórico que deja a Topacio en un cortometraje.

También veremos si este tipo de eventos han llegado para quedarse o para pasar de vez en cuando, pero creo que estaremos muchos de acuerdo en que no deberían sustituir nada, sino complementar. Por ejemplo, se ha sabido por el blog Rugby Alcalá que "el objetivo es (...) que haya dos eventos anuales durante los próximos tres años ligados a los Barbarians en España". Entiendo que las circunstancias actuales llevan a valorar todas las opciones, ya que cualquier partido que salga se antoja escaso, pero debemos empezar a contar con este tipo de encuentros como celebración (de momento se tornan en muestras de reconocimiento), y eso sucederá plenamente cuando tengamos cierta normalidad a la que, por lo visto, costará de nuevo llegar.

Hasta entonces, y para matar el mono e intentar recuperar la fe en la competición de este deporte, los Classic All Blacks y los Barbarians habrán estado ahí y estarán como esa necesidad imperiosa que se presenta para no decaer, aunque, lógicamente, muchos hubiéramos querido que ese partido contra Italia hubiera ido adelante, porque eso habría significado que todo estaba en orden.


 Texto  Álvaro de Benito   Fotografía  Soraya Sanz

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