PUBLICIDAD

NOVEDADES

Los Barbarians, prueba de fuego en la dinámica privada del espectáculo


El próximo compromiso del XV del León va a tener demasiados puntos de vista, muchos vértices que analizar. Para empezar, el partido contra los Barbarians se jugará unos (o un) días después de la fecha tope que estimó Alfonso Feijoo para que World Rugby hiciera pública su sentencia definitiva en el caso Van den Berg. Eso implica bastante de por sí, pero existe, además de los múltiples planos deportivos, una serie de elementos a destacar desde el punto de vista del tirón, de la oportunidad, de esas cosas extradeportivas que acontecen cuando se quiere marcar un futuro.

Ya lo analizaba en una entrada anterior: tanto partido de exhibición frente a tan poco partido oficial podría llevarnos a un malentendimiento de cómo queremos entender el rugby en nuestro país en un momento tan delicado. ¿Deberían ser complementarios estos encuentros a un calendario más riguroso? Entiendo que una cosa no quita a la otra. Por eso, el partido contra los Barbarians del 25 de junio en Gijón (El Molinón, 21:00) deja entrever una forma de gestión alternativa, de iniciativa privada que, en este caso, aboga por la espectacularización del evento. 

O así por lo menos lo entienden desde la organización de este encuentro. Pedro Amezua, CEO de Zuary Group, el nombre detrás de este partido, tiene claro que los Barbarians pueden suponer una buena oportunidad para barnizar con ese toque de espectáculo un deporte con crecimiento en nuestro país. Dotar de elementos de entretenimiento la cita e intentar mantener sinergias entre el mundo de la música, por ejemplo, con lo meramente deportivo y ese roce con el siglo XXI será una marca de la casa. Pero siendo realistas, la premura con la que se va a organizar y disputar este encuentro es una mala consejera, sobre todo cuando sabemos ya que esta será la prueba con la que, si sale bien, nos iríamos a una presencia de los BaaBas en nuestro país para los próximos tres años. Pero para ello antes tiene que salir este bien.

Es decir, estamos ante una oportunidad, de nuevo, de ver cómo responde el público ante algo, digamos, no tan enraizado en nuestra cultura rugbística como son los partidos de exhibición, pero que se ha visto que puede funcionar. Quitando aquel enfrentamiento hace ya tres lustros en Elche, precisamente contra los Barbarians, nunca en los últimos años hasta hace un mes con los Classic All Blacks se había tenido un partido de exhibición. Curiosamente, ambos partidos marcaron (marcarán) la línea de los estadios de fútbol, pero existe una diferencia vital entre ambos: la marca Barbarians es mucho más críptica en el mundo oval generalista. Entonces, ¿cómo enganchar a aquellos que desconocen la historia de los blanquinegros?

Y surge otra pregunta: si la piedra de toque para esta nueva propuesta de iniciativa privada es una esclusa que se sortea o no de cara a un futuro, ¿qué pasará si la inercia positiva de la visibilidad iniciada en el Metropolitano no es tan fuerte cuando se sale de una marca conocida? La apuesta por los Barbarians parece ser fuerte, por lo menos en intenciones, en que se puedan afianzar una serie de compromisos ulteriores al de junio, pero mantiene una posición de cautela de que tiene que cazar el oso antes de vender la piel. 

Y, tal y como vamos, no estamos como para perder ningún tren, aunque sea para que nuestro país siga siendo una referencia quizá más fuerte en ciertos sectores del exterior que dentro de casa. Ahí están las competiciones europeas del pasado, la final del Top 14, las próximas semifinales de la máxima categoría gala, incluso hasta algún partido de XIII con decenas de miles de espectadores. Esas citas, que podrían entenderse como una España receptora de ese spectaculum, deberían tener una misión. Ahí también se tiene que seguir creciendo, seguir construyendo cultura más allá del espectáculo, porque este vendrá con la primera. 

 

 Texto  Álvaro de Benito   Fotografía  Barbarians


 

No hay comentarios