NOVEDADES

¡Joder!


Dicen que estas cosas hay que dejarlas reposar. 24 años de tensión acumulada, de frustraciones galopantes, de ver cómo una y otra vez el rugby español se hacía el harakiri, ayer la historia pudo devolvernos, por fín, algo de todo ese sudor y esas cardiopatías que nos había generado en más de dos décadas. Ayer nos resarcimos de ese sabor amargo de injusticia deportiva, nos resarcieron. Fueron los jugadores y equipo técnico de este amplísimo XV del León, del 40 del León, o casi del 50 del León los que nos hicieron llorar, reir o ambas sensaciones al mismo tiempo.

Muy pocos daban un duro por este grupo, caído en desgracia en un 2021 un tanto para el olvido. Y el primero de todos, y hubo muchos primeros, quien suscribe. La esperanza que perdimos tras Portugal el año pasado la recuperamos ayer, también contra Portugal. Siempre Portugal. Nuestros compañeros de desgracias, más que de alegrías, habían merecido llegar al Central con las posibilidades de clasificar en su mano, pero con una línea descendente, algo opuesta a esa resurrección que vivía España desde hacía unas semanas.

Demasiados sentimientos conjuntos para un día histórico, algo indescriptible desde lo más sereno, pero muy claro en las sonrisas y lágrimas en las que ayer se bañó el Central, el vetusto estadio desconchado y eternamente en obras de remozo que ha sido testigo de las últimas ocho décadas de rugby español. También fuimos testigos de esa vieja costumbre prepandémica de asaltar el campo: la ocasión lo merecía y, aunque desde megafonía se indicaba lo contrario, yo sé que se instaba a la retirada de chavalería con la boca pequeña. Dejad que los chavales se acerquen a ellos.

No cabía la emoción en el césped. Todo ya daba lo mismo. Por un momento dieron igual las tremendas faltas institucionales, la debacle de Bruselas, las guerras internas de nuestro rugby. Por un momento, todos supimos que habíamos apartado ese cainismo endémico y habíamos llegado a buen puerto remando en la misma dirección porque, más allá de las formas, sabemos lo que supondrá esta nueva oportunidad si se sabe aprovechar.

Gracias. Gracias a todos y cada uno de los que ayer nos hicieron temblar, saltar, llorar y reir, tener una excusa para alegrarnos por fin con quien hemos sufrido casi cinco lustros, y también por abrazarnos con la historia, una historia que todavía puede ser mayor, más épica, si se gana el Campeonato de Rugby Europe. Y si no, qué mas da, porque ¿saben? España jugará el Mundial. ¡Joder!

 

 Texto  Álvaro de Benito   Fotografía  Walter Degirolmo / FERugby  


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