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Malo y Camps: los Leones que fueron All Blacks por un día


Bajo un sol de justicia en el Central y con motivo del 90 aniversario de Arquitectura, Albert Malo se muestra en plena forma luchando cada pelota en uno de los encuentros que, con motivo de las celebraciones de la Escuela, se ha organizado. El gran capitán de la selección española en los 90 lleva otra media vida jugando, cuando puede, algunos partidos de veteranos, una actividad que le viene desde un lejano 2000, justo un año después del Mundial de Gales y que le depararía uno de sus mejores momentos rugbísticos, que compartiría con el también mundialista Jordi Camps: jugar en los All Blacks Classic, realizar la haka con ellos, ser uno de los de negro por un día.

La historia comienza en aquella U.E. Santboiana de inicios de siglo, justo en un momento en el que varios de los históricos jugadores del XV del León habían disputado en la cita mundialista sus últimos partidos con la selección. Aquel era el caso de Albert Malo: "Después de la Copa del Mundo de 1999, Bruce Hemara, que era nuestro entrenador (en la U.E. Santboiana), me dijo que si nos apetecía montar un equipo para disputar en Bermuda el World Rugby Classic, el torneo más prestigioso del mundo para veteranos donde iban Australia, Argentina, Nueva Zelanda y demás potencias. Me lo comentó y yo accedí encantado."

Aquel equipo que formó Malo incluía jugadores ibéricos, acercándose al espíritu de unidad del rugby clásico y formando un conjunto representativo de la península. "Fuimos como Iberian Classics, de España y Portugal, y participamos en la primera edición, en el 2000, hasta el 2003, cuatro ediciones." En aquellos Iberian estaban también Julio Álvarez y Fran Puertas y otros tantos que disfrutaban cada segundo de aquel combinado. "Para nosotros era una auténtica alegría poder jugar contra equipos de este nivel y prestigio. También estaban los Barbarians... Y nosotros dimos la talla. Íbamos muy bien uniformados y lo que más esperábamos cada año era que el organizador, John Kane, dijera cuáles iban a estar invitadas a la próxima edición el último día de cada torneo. Por suerte fuimos cuatro años".

Sin embargo, durante aquellas ediciones existía un trasfondo y un vínculo que, aunque partía originalmente del entonces técnico de la Sanboiana, fue consolidándose entre los Iberian y los All Blacks año tras año. "La relación con ellos (los All Blacks Classic) venía por parte de Bruce Hemara, que ya había estado en varias ocasiones en Bermuda, y, de alguna manera, los All Blacks nos apadrinaron y fue una suerte. Nos invitaban a las barbacoas con ellos y actividad, y de las cuatro ediciones, en tres jugamos contra ellos".

 


De negro, haka y una experiencia para toda la vida

Fue en la última edición en la que los Iberian participarían cuando tanto a Camps como a Malo se les presenta una oportunidad inédita, de las que no se pueden rechazar y que, a día de hoy, todavía disfrutan. En aquella edición de 2003, los All Blacks Classic tenían que jugar la Copa de Plata contra Argentina, y se les lesionaron varios jugadores. A Malo se le ve emoción cuando habla: "Nos dijeron a Jordi Camps y a mí si queríamos jugar con ellos. Imagínate ser parte de un equipo en el que estaban o habían pasado Wayne Shelford, Steve McDowall, Terry Wright, John Kirwan, Sean Fitzpatrick, alguno de los Brooke también estaba por allí, Andy Haden...".  

Camps lo recuerda también como si hubiera sido ayer: "Tenían varias bajas, y vino Bruce (Hemara) y me dijo "Jordi, había pensado en tí para que vinieras a jugar con nosotros". No creía que hablase en serio, imagínate, pero la relación con Bruce era buena. y como nos invitaban a sus fiestas, la mayoría de los jugadores te sonaban y no te sentías tan extraño. Nos lo dijo a Malo, a mí y al medio de melé de los British Lions Classic".

Durante la previa a aquel encuentro, los dos Leones parecían vivir en un sueño. Camps recuerda cómo al saltar "empiezas a calentar con varios de ellos. Te ves en medio de algunos que me sacaban tres palmos y era increíble". "Claro, nosotros estábamos encantados -comenta Malo-. Fue todo un orgullo y estábamos un tanto abrumados, pero muy contentos. Nos trataron muy bien y nos dieron la equipación".

Pero todavía estaría por llegar aquel símbolo que sería ya memoria de los dos jugadores para siempre. "Como era una final, hicieron la haka. Cuando nos encontramos allí, a pesar de que yo (Malo), por mi paso por Nueva Zelanda ya había visto alguna, fue muy curioso. Estás ahí, y es una sensación increíble decir: "estoy siendo un All Black, aunque sea Classic". Camps no es ajeno a la sensación y reconoce que se le pone la piel de gallina: "Cuando comienzan a formar para la haka piensas que la harán ellos, pero dijeron que la hacíamos todos. Te la sabes de memoria, te la aprendes, pero en ese momento estaba muy nervioso, sobre todo por el respeto que ello implica hacia los demás".

 


 

Aquel partido tuvo su historia, una de esas que acabó empate a 0, pero con más miga de la que reflejaba el marcador. "Pasabas de un torneo que te lo tomabas en serio a jugar algo como su fuera la final de tu vida -recuerda Camps-. Yo estaba de reserva y me sacaron a los pocos minutos. Insisto, era como jugar una final... Iba muy loco, placando lo que podía". Malo recuerda que "el partido fue duro y llovió mucho, y acabó 0-0. Pero con el espíritu de los veteranos, hubo buenas defensas y fue muy divertido. Una experiencia de las más curiosas y de las mejores. Te sientes muy afortunado". No faltan adjetivos para quien lo revive. Camps lo tilda, emocionado, de "una experiencia increíble que, todavía hoy, no sabría cómo explicarlo. Inolvidable. Es muy complicado que algo así te ocurra".

Hoy, después del reencuentro con algunos veteranos, Malo irá a presenciar el partido contra los Classic All Blacks. "Que se diviertan, antes, durante y después. Es un partido para disfrutarlo", recomienda el capitán, sabiendo que, nada más se formen para la haka, un trocito de él y de Camps estarán allí abajo.


 Texto  Álvaro de Benito   Fotografías  Cedidas por Jordi Camps


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