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Entrevista / Michaël Dallery, el león que disputará el Mundial de Francia

A menos de un mes para que dé comienzo el Mundial de Francia 2023, los vínculos de los equipos mundialistas con España van reduciéndose. La no convocatoria del majariego Lucas Paulos por Argentina, la endogamia arbitral o la ausencia de jugadores de División de Honor en las plantillas, salvo sorpresa de última hora de Chile, hace que nuestro rugby no vaya a tener visibilidad en la gran cita por excelencia. Sin embargo, el XV del León tendrá un representante: Michaël Dallery (Bayona, Francia, 1993). Con una variada carrera por las ligas francesas, su mayor exposición llegó en las temporadas 2014/15 y 2015/16 con Biarritz Olympique, lo que le sirvió para ser llamado para la absoluta tras haber formado parte de la sub-19, a la que accedió tras la llamada de Paco González tras verle con País Vasco en un autonómico juvenil.

Dallery formó parte de aquella selección que participó en la Nations Cup de 2016 en Bucarest, donde sumó dos apariciones internacionales, frente a Argentina XV y frente a Uruguay, además de otras tantas convocatorias con la absoluta hasta 2016, cuando una grave lesión le hizo dejar atrás prematuramente el campo como jugador y centrarse en su carrera como entrenador. Hoy, a poco más de un mes de que debute Portugal en la que será su segunda Copa del Mundo, Dallery está a las órdenes de Lagisquet desde hace tres años como co-entrenador de delantera, con el foco puesto en las melés, y, desde hace un par, como jefe de rendimiento atlético de Os Lobos. Hablo con él sobre la explosión de Portugal, las oportunidades, preparación física y sobre sus recuerdos como león.

Antes de nada, ¿cómo se vive, a escasas semanas, un debut en un Mundial de rugby?

Va a ser el primer Mundial para casi todos nosotros, aunque Patrice (Lagisquet) ya estuvo en otros mundiales como jugador y como entrenador. Tampoco lo será para Luís Pissarra, medio melé de Portugal en la Copa del Mundo de 2007, o para Olivier Rieg, para quien será su tercer Mundial, pero sí para el resto de todos nosotros. Hace un mes que arrancamos una preparación que durará cuatro semanas, dura y enfocados en el trabajo físico. Hemos mejorado mucho en la parte de fuerza en la disputa e incluyendo mucho rugby, porque queremos guardar nuestra seña de identidad del rugby portugués, y no solo entrar al campo. Ayer tuvimos un entrenamiento con Irlanda porque queríamos mostrar a los jugadores a lo que se enfrentan, a los mejores del mundo, para ver lo que tienen que hacer y trabajar más para para llegar a a ese nivel, porque en un Mundial todos los equipos van a estar muy bien preparados tanto en esa parte más física como en la de velocidad. Y este sábado veremos cómo estamos en ese primer partido de preparación contra EE.UU.

Antes de entrar con Portugal, quiero volver un poco atrás en el tiempo. ¿Qué memorias guardas de tu paso por el XV del León?

Son buenísimas. Creo que la primera vez que que fui a un entrenamiento de la selección española me mató todo. Fue un entrenamiento con mucha carrera, algo que ahora, en Portugal, lo estoy viendo de una manera parecida. Como te comentaba, aquí el rugby es un juego y siempre están corriendo, con mucha velocidad, y cada vez que los franceses veníamos, necesitábamos uno o dos días para acostumbrarnos a la velocidad de juego. Jugar con España fue mi primera experiencia internacional y me ayudó mucho con la carrera profesional. Cuando juegas con una selección, es muy distinto a hacerlo con un club, así que siempre aprendes y disfrutas de cada momento, porque puedes ir para una semana y luego no volver. También descubrí otra cultura de rugby y otra cultura de país, porque, aunque vengo de una familia española y estoy viviendo en el País Vasco, la cultura del deporte que tienen España y Francia es muy diferente.

¿Sigues manteniendo contacto con alguno de los jugadores españoles con quien jugaste con el XV del León y de las categorías inferiores?  

Sí, con muchos de ellos, con los sub-19 y con los del XV del León. Jugué con Julen Goia en Biarritz, y mantenemos ese contacto, aunque ahora menos por el trabajo, y con Fernando López, con quien compartí habitación en alguna ocasión. También con algunos jugadores franceses que conocí. Y ahora cuando hemos jugado contra España con Portugal o con Lusitanos, siempre había jugadores con quién había jugado, como Fede (Casteglioni) o Facu (Munilla), y siempre es un placer verlos otra vez y charlar. Guardo buenos recuerdos e intento mantener el contacto, pero ya sabes cómo es la vida cuando tienes algunas cosas que que te tienen ocupado; tienes menos tiempo para para otras cosas. Pero seguro que si nos vemos en la calle, vamos a echar quince o veinte minutos hablando.

Tu carrera como jugador terminó antes de lo previsto... ¿Qué ocurrió?

En uno de mis primeros partidos con el equipo profesional en Biarritz se colapsó una melé y me rompí el pectoral. Al principio creían que me había roto el bíceps o el hombro, pero tras las pruebas se confirmó que era el  pectoral. Volví a jugar, pero ya sabes cómo es el nivel profesional, que tienes que recuperar y volver al campo muy rápido y no recuperé todo. Tenía dolores y fui perdiendo fuerza en el brazo, que además era el de agarre, y al tercer año dije basta, porque no disfrutaba jugando. Empecé mi carrera de número 3, después de 2 y acabé en el 1, y me gustaba, pero necesitaba como cuatro o cinco días para recuperar. Claro que me hubiera gustado acabar la carrera de jugador de otra manera, pero no hay mal que por bien no venga y, mira, ahora estoy preparando un Mundial para jugarlo en el otro lado del campo. Va a ser una muy buena experiencia y ya estoy 100% como entrenador y como preparador físico. Aunque fue muy duro al principio pensar que no volvería a jugar más, entrenar me sacó esa negatividad y ahora estoy bien.

 

"La llegada de Lagisquet ha sido el mayor factor de crecimiento: puso las reglas y quería a todos entrenando como profesionales"

 

Sin embargo, a pesar de las lesiones, viste que no querías desvincularte del rugby y, como dices, te preparas para entrenar. ¿Cómo recibes la llamada de Lagisquet?

La verdad es que entreno desde que tengo 18 años, así que se puede decir que llevo entrenado más tiempo del que he jugado. Estuve con las chicas y categorías inferiores en Bayona, fui entrenador de Francia Militar y ayudaba a clubes en la parte de melé y de preparación física. Patrice (Lagisquet) estaba buscando a alguien para las melés, y con quien trabajaba, Hervé Durquety, me llamó. Me comentó que, por los clubes en los que los dos habíamos coincidido, sabía que yo trabajaba bien y que le gustaría que hablásemos los tres.  Ya son tres años como entrenador de melé y dos como responsable del rendimiento fisico. Es una historia bonita, porque Patrice empezó con un primer preparador físico, Olivier Rieg, con el que trabajó hace años y vamos a acabar los dos juntos. Me hubiera gustado que Hervé estuviera aquí también, para estar todos juntos, pero está disfrutando ahora en Dax.

¿Cuál crees que es el principal factor del crecimiento de Portugal como selección?

Diría que la llegada de Lagisquet a Portugal ha sido el mayor factor de crecimiento, porque cuando llegó puso claras las reglas y quería tener a los jugadores todos los días de concentración entrenando como jugadores profesionales. Y eso en Portugal es muy difícil, porque tenemos jugadores que están trabajando y durante una semana de concentración te vuelves loco viéndolos que están haciendo gimnasio a las 7 de la mañana, acaban una una serie press banca y salen corriendo para una videoconferencia por el ordenador. Ha sido muy duro para ellos, porque han hecho muchos compromisos. Patrice les dijo que si querían jugar un Mundial, tenían que entrenar como profesionales. Puso mucho rigor en todo. Tiene los jugadores que necesita para un juego de velocidad, pero hemos tenido que mejorar mucho toda la parte de combate, de melé, de touch... Otro factor creo que es que hemos tenido jugadores jugando en Francia que volvían a jugar también con la selección, no porque tengan un abuelo, sino porque ellos o uno de sus padres han nacido en Portugal.

¿Cómo se prepara una selección a priori más débil, como lo es Portugal, para una cita tan importante? 

Como te digo, nuestro punto fuerte es que jugamos un juego muy rápido, muy dinámico, y no nos enfrentamos en un combate puro, porque preferimos desplazarlo... No tenemos jugadores para jugar como Sudáfrica, Francia o Irlanda, y ayer lo vimos, porque sus jugadores nos meten 10 o 15 kilos a todos. Pero puedes ver que, cuando jugamos dinámico, podemos competir con la mayor nación del mundo. Ayer, contra Irlanda, cuando era línea contra línea en corto, hacíamos magia atrás de verdad. Hemos puesto el foco en el en el aspecto físico de fuerza porque ya sabemos que es nuestro punto débil. En los entrenamientos están corriendo mucho, con mucha velocidad, con mucha intensidad, pero si ves los partidos y la fase de conquistas, no son jugadores muy fuertes, y para jugar al rugby a nivel internacional necesitas los dos.

 


Sabiendo de esas diferencias en el físico, entiendo que es lo que más te preocupa de las selecciones más potentes frente a las más amateur, como Portugal o Chile.

Son dos mundos totalmente diferentes. No puedes comparar Irlanda, Francia, Inglaterra o Gales con naciones como Portugal o Chile, o el mismo Uruguay, que está un peldaño por encima, simplemente porque no son países de rugby. Irlanda o Francia saben que van a estar en cada mundial y que lo van a competir. Se están preparando cuatro años para jugarlo y para ganarlo, mientras que nosotros tuvimos tres años para clasificar y luego, nueve meses para preparar la Copa del Mundo. Nosotros no queremos ir al desafío directo, pero tenemos que responder si los otros equipos quieren jugar así, y tenemos que estar listos para eso, pero también para cuando nosotros tenemos la pelota jugar nuestro juego. Va ser un mundial muy interesante, con Chile, Portugal y Uruguay y, por qué no, protagonizar alguna de esas sorpresas que siempre hay el el torneo.

Mientras que Fiyi y Georgia, sobre todo esta última, son ya conocidas por Os Lobos, Australia y Gales van a ser más desconocidas. ¿Cómo se trabaja específicamente el físico y la táctica para cada partido?

A Georgia ya la conocemos porque jugamos todos los años, y yo ya he jugado contra ellos también con España. Sabemos que son muy potentes, y si hablas con otros países como Francia, Irlanda o Inglaterra, te van a decir lo mismo. Han crecido mucho y antes decías que si melé, que si maul, pero ahora están practicando un muy buen rugby. Cada vez tienen más jugadores jugando en Francia y sus tres cuartos complementan su ventaja de combate físico aportando la velocidad. Pueden ser una de las sorpresas de de este mundial. Contra Fiyi, esta selección no ha jugado contra ellos, pero por los jugadores que juegan en Francia, sabemos que va a ser un partido muy difícil y muy físico y, además, con jugadores del seven. Australia ahora no está ahora en su mejor momento, además del cambio de entrenador, y Gales tampoco, pero los grandes equipos siempre responden en los grandes eventos. Por eso vamos a preparar esos encuentros como cada partido: ganas de imponer y jugar nuestro juego. Y disfrutar el momento, pero, aunque suene pretencioso, nos estamos preparando para jugar nuestro mejor rugby.


¿Cuál dirías es el objetivo máximo de Portugal en este Mundial?

Honestamente, es competir. Porque no vamos a este Mundial solo para estar en él, si no, no estaríamos haciendo todos estos esfuerzos. La Federación ha hecho mucho esfuerzo para dotarnos de las mejores condiciones, con los jugadores 100% profesionales, y los tenemos 100% con nosotros. Ojalá podamos ganar un partido al menos, sería algo muy grande para Portugal porque están haciendo muchos esfuerzos, trabajando tan duro lejos de las familias. Decidimos  hacer cuatro semanas en Lisboa, donde los jugadores podían ver a su familia en algún momento, pero los jugadores franceses no tenían a sus allegados cerca. Ahora estamos en el Algarve y de aquí, a Francia. Allí serán los jugadores franceses los que tengan cerca a su familia, pero no los portugueses. Por eso, por el esfuerzo, merecen ganar al menos un partido.

Al igual que España en 1999, Portugal también perdió la oportunidad de crecimiento tras su única aparición en un Mundial. ¿Qué crees que ha cambiado?

En 2007 lo que pasó es lo que siempre pasa cuando un país juega un mundial que lo que sea. Todos los chicos ven al equipo nacional en la tele y los meses siguientes quieren hacer ese deporte. En aquel momento, muchos chicos quisieron jugar al rugby, pero no había bastantes entrenadores o educadores y volvieron al fútbol. Después de este mundial, no sé lo que va a pasar, porque la federación está muy volcada para tener una mejor organización y para preparar el Mundial, pero no sé si los clubes están trabajando para retener a los jóvenes. Esa será la clave, porque tienen muy buenas generaciones, pero para aprovecharlas, necesitas gente. Lo que es seguro es que no va a ser el deporte nacional, así que toca trabajar todavía más para guardar y tener nuevos jugadores año tras año.

 

"Habíamos dejado todo, y los jugadores franceses amateur nos dijeron que si no clasificaban, firmaban con empresas y dejaban el rugby"

 

Me gustaría plantearte dos preguntas algo sensibles sobre el clasificatorio. ¿Cómo viviste el partido de España contra Portugal en el Central en el que el XV del León consiguió el pase al Mundial, dejando a Portugal sin opciones?

Fue un sentimiento muy raro, honestamente, porque nunca había tenido esa sensación. Me sentía genial porque tenía muchos amigos jugando para España y amigos de amigos que habían venido a Madrid para ver este partido. Y, por el otro lado, con Portugal, muy triste. España ganó, y al final del partido lo que me he dije fue "joder, qué mierda, todo se acabó", y me sentía mal por nuestros jugadores, que habían hecho mucho esfuerzo para llegar a este punto y ves todo ese trabajo para para llegar, perder y no clasificar para el Mundial. Eso fue muy duro, y del otro lado estaba viendo a todos esos jugadores y todos mis amigos, y muy contento por ellos. Al acabar aquel partido me uní a ellos en el vestuario a tomar una cerveza y les dije: "Ahora, a disfrutar la Copa del Mundo. Es para para vosotros, (porque cuatro años antes fue igual), pero esta es la buena, así que ahora a disfrutar, a preparar bien y a por el Mundial"

Y después llegó todo el caso Van den Berg, con la exclusión del XV del León del Mundial. ¿Qué sentiste con la eliminación de España y con que Portugal volviese a tener opciones a través de la repesca? 

La verdad es que llevábamos oyendo cosas desde hacía semanas sobre que España había alineado a un jugador sudafricano que no tenía derecho a jugar. Pero cuando cuando ves la reacción de todos los jugadores y del cuerpo técnico al final del partido, te preguntas cómo puede haber un problema en el sistema. Nosotros pensamos que para nosotros ya se había acabado todo, porque mira cómo estaban de contentos y no era posible pensar que España estaba en problemas. Luego salieron las noticias y después la descalificación. Honestamente, habíamos dejado todo, y los jugadores franceses amateur nos dijeron antes del partido que si no clasificaban, firmaban contratos con empresas y dejaban el rugby. Tres semanas después sale la sentencia y Portugal tiene otra oportunidad para clasificar. Aquello fue un mundo, porque necesitaron renegociar para ir a Dubai a jugar el clasificatorio. Y después, cuatro meses de preparación. Al final, sucedió lo mismo, pero al revés: al acabar elpartido contra España, fue muy triste para nosotros y estaba contento por mis amigos; y ahora estaba muy triste por ellos. Cuando ves en la rueda de prensa cómo de jodidos estaban los jugadores... Eso fue malísimo para ellos. No fue su culpa, y se lo habían ganado en el campo.

Ahora parece que empieza otra fase. ¿Cómo ves el futuro para el rugby español?

Ahora parece que todo eso ha pasado y España se está reconstruyendo con una generación de sub-20 fantástica. Ojalá sea ahora todo muy bueno y así pueda reflotarse.


Texto: Álvaro de Benito / Fotografías: Cristina Nobre dos Santos (1, cedida por el jugador), cedidas por el jugador (2, 3). 

Las fotografías cedidas se han empleado para ilustrar esta pieza informativa. Siempre intentamos acreditar. Por favor, si eres el autor o autora de alguna de ellas y deseas que se elimine o se acredite, te rogamos que te pongas en contacto con nosotros para llevar a cabo la acción pertinente. Gracias. 





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