Cierta reparación tras 20 años de segregación estamental
El anuncio oficial ayer por parte de World Rugby de que España se enfrentará a Italia en julio (si sigue todo en orden, ya saben por dónde voy) supondrá el final de 20 años de segregación estamental, de ese apartheid institucional del que siempre hablo. Será, pues, la primera vez en dos décadas que España se enfrente a un tier 1, tal y como está establecida esa casta.
Hace dos años, analizaba en la entrada "España y los Tier 1" un recorrido histórico por aquellos encuentros que los Leones habían mantenido frente a las selecciones absolutas de los mandamases del rugby internacional, pero, sobre todo, hacía hincapié en los factores y consecuencias de esa segregación por castas, condenando a las uniones "menores" a vagabundear entre sus similares con la esperanza de que, algún día, se le ofreciera la oportunidad de catar el néctar de los dioses.
También incidía en aquel desprecio que, para mí, suponía que todo tier 1 que mandase un equipo al barro de la casta inferior, lo hicera con esos apelativos tan preciosos como Emerging, XV o el abecedario de Coco, A, B, C... Entendiendo su motivo, en muchos casos era inexplicable, ya que la mayoría de las veces a partir del profesionalismo, y una vez instituidos los segundos equipos nacionales representativos, estos capturaban jugadores pero no se jugaban nada más: cosas del privilegio.
Si quitamos los encuentros contra Japón posteriores a 2002 (2005 en Tokio y 2013 en Madrid, amén de Japón A en 2010), cuyo tier 1 de facto (que, a estas alturas, no sé si lo es tambien de iure) haría cambiar lo que diré, Italia fue la última selección de la clase alta a la que España se ha enfrentado. Recordemos que no es hasta años más tarde cuando la IRB habla ya oficialmente de tiers, pero con la definición en la mano (Seis Naciones, Tres Naciones y Argentina, por entonces), las dos intervenciones de Italia en el recién creado Seis Naciones ya atestiguaban el hecho.
Curiosamente, o no tanto, Italia será quien vuelva a abrir el periodo de enfrentamientos de España con los tier 1 (obviando el malabar de Italia A en el otoño pasado, claro). Dos décadas de espera que empezó y acabará con el mismo actor: una selección trasalpina a la que World Rugby, desde hace años, dedica parte de su esfuerzo como enlace con los Tier 2, pero sin menospreciarla y cuidarla. Es decir, un día estás contra Uruguay o Fiyi, y al otro te juegas los cuartos contra Sudáfrica (y la ganas) o contra Nueva Zelanda. No es de extrañar tampoco que España, en su condición de tier 2 consolidado, se haya visto en las mismas en su región: partidos habituales contra tier 2, pero también para que se probasen selecciones como Kenia, Chile, Zimbabue, Hong Kong o Brasil.
Precisamente es esa conexión entre los compromisos bajos de Italia y los compromisos altos de España la que le da una dimensión extraordinaria a este encuentro. Esa fijación que tenemos con Italia como referencia (aunque quizá no tanto como modelo, pero sí como algo más aspiracional) hará que el partido del 2 de julio, donde quiera que sea, tenga un doble motivo de celebración. Primero, lo que debe ser una auténtica fiesta con un rival de primer nivel para celebrar el final de 20 años de túnel. Y segundo, un reto deportivo que llevamos esperando años y que, sin duda, deberá ser el primer escalón hacia ese crecimiento tan deseado.
Texto Álvaro de Benito Fotografía Domingo Torres
Esperemos que la confirmación del partido contra Italia, sea "algo más" y por fin podamos pensar en la Copa del Mundo.
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