Con la miel en los labios
El XV del León muere en la orilla en Do Restelo , penalizado por una segunda parte en la que se vino abajo física y mentalmente durante veinte fatídicos minutos, tras una primera mitad en la que se vieron los mejores minutos de juego de los últimos dos años. Pese a la sempiterna tendencia del aficionado medio oval español a ver el vaso no solo medio vacío, sino sin nada de agua y hecho añicos, el trabajo del nuevo staff comienza a dar sus frutos y aventura un futuro esperanzador tras dos años de travesía del desierto
Fueron tan apenas veinte minutos, pero se nos hicieron eternos. Después de disfrutar de una primera parte que nos transportó a épocas pasadas (en lo deportivo, el resto enterrémoslo para siempre), con un equipo mandón, contundente en ataque y en defensa, ordenado, agresivo, que nos hacía levantarnos del sofá y apretar puños y dientes al unísono, nos llegó el nubarrón y estropeó todo.
Aún nos quedaron arrestos para echarnos hacia adelante e intentar la épica, y a poco lo conseguimos, pero nos faltaron diez minutillos, la mitad de eso que nos habían sobrado al arranque de la segunda parte España salió seria y con las ideas muy claras. En ataque, ni de broma jugar en nuestro campo y tirar patadas que salieran por el lateral o bien controlables por la subida de nuestra defensa. Ya pasando de nuestra línea de 10 ,juntar a los nuestros, no arriesgar bola e ir poco a poco trabajando cerca del eje, sabedores de que ellos intentan pescar muy rápido pero luego se descosen relativamente fácil si les acumulas fases con ritmo in crescendo. Ahí les aparecen goteras por todos los lados.
En defensa, las comandas estaban claras, y pasaban por
presionar al portador para generar placajes ganadores y meter al apoyo externo
del placador a negar el pase hacia afuera, sumados estos ingredientes a
ralentizar la salida del balón, tampoco muy insistentemente ni usando muchos
hombres, pero lo justo para que nuestra gente pudiera circular hacia allá donde
fuera necesaria, haciendo que ellos tiraran decenas de carreras laterales y se
obcecarán en contrapiés hacia la nada, buscando siempre un hueco en una defensa
en la que siempre había jugadores amarillos cerrando el paso.
Y si, señores y señoras, con esta combinación de buenas
acciones ofensivas y defensivas, desquiciamos a la Portugal de leyenda que
tanto gusta por estos lares. A la del mundial superlativo, a la captadora de
talento francés, a la de los no sé cuantos que juegan en Top 14 y Pro d2. Los
volvimos locos a base de orden, de agresividad, de plan de juego. Vamos, que
fuimos mejores jugando al rugby la primera mitad, de lejos. Reforzados por una
touch muy sobria, con una muy buena gestión de la acumulación de fases y con
una muy buena lectura de los puntos débiles del rival, el resultado se quedó
francamente corto a nuestro favor. Obviaremos la polémica jugada del ensayo
Portugués, no cargando contra el árbitro pero si clamando al cielo por la
ausencia de TMO en el segundo escalón
del rugby europeo. Más que nada porque en la segunda mitad a ellos les anularon
un ensayo también cuanto menos discutible.
Cabe destacar el daño que nos hizo la lesión de un Gonzalo López que estaba suponiendo un desafío mayúsculo para el entramado defensivo Portugués por su buena toma de decisiones. Cabe destacar también el aumento en la producción tanto ofensiva como defensiva de Mario Pichardie jugando de lo que es, los buenos minutos de Urraza, la importancia de Bell pese a no ser su mejor día, la excelencia de Cian, o el pedazo de jugador , absolutamente descomunal, que se vislumbra en Carmona.
Luego llegó el descanso y a la vuelta ya llegó la caraja. No
fue de golpe ni nos llegaron a avasallar , todo hay que decirlo, pero si
perdimos el control del partido, dejamos de presionar en bloque, retrocedimos
de espaldas al balón, les dimos algo más de espacio a su tres cuartos y comenzamos a perder alguna(no muchas) bola
. Empezamos a sufrir porque estábamos ya muy cansados y ellos se aprovecharon.
No nos llegaron a dominar abrumadoramente, pero si pudieron disponer de tres o
cuatro secuencias de ataque en las que nos desordenamos en exceso, y fruto de
eso vinieron los 20 puntos sobre los que cimentaron su victoria. Vivieron de
nuestros fallos, y con eso y poquito más, que era lo que muchos imaginábamos
que podría pasar, se llevaron un partido que nos deja el regusto amargo de una
derrota que se podría haber evitado pero que nos debería tranquilizar porque
vimos muchas cosas muy buenas.
Luego, más por coraje que por rugby, y por el orgullo de acabar el partido con inercia dominante, nos echamos para arriba y ensayamos, en lo que puede parecer irrelevante en lo que a resultado se refiere, pero que dice mucho, o deja entrever mucho acerca de cierto trabajo mental y motivacional con los jugadores.
Para acabar, me gustaría dejar un par de reflexiones que yo considero interesantes. A nivel REC no hay segundas unidades que valgan. Lo vimos ya en la era Santos, en la que vivíamos de nuestra primera unidad, y lo hemos visto hoy. Aquí todavía se gana en función de los que los buenos te saquen adelante el partido. Si los buenos te aguantan mucho ganarás, si los buenos del rival te aguantan mejor ganaran ellos. Si hay que meter algún cambio a estos niveles con el que se pretenda tener impacto en el juego tiene que ser en el descanso. Hoy hemos sacado a Ferrer o a Del Hoyo, por poner dos ejemplos demasiado poco tiempo para lo mucho que podía aportar.
Si pensamos que somos incapaces de ganarles aún sin Marta, Storti o Bettencourt y eso nos nubla la vista y nos hace caer en el pesimismo de estamos cometiendo un error mayúsculo. Hoy hemos desactivado a Portugal en su conjunto durante cuarenta minutos de arriba abajo, y luego ya con el partido loco aún les hemos metido el miedo en el cuerpo. Ambas cosas las hubiéramos hecho con o sin más estrellas portuguesas en el campo. Hemos cometido errores y hemos tenido un lapsus de veinte minutos con consecuencias funestas, pero hemos hecho muchas cosas bien y hemos demostrado que vamos con una progresión muy interesante hacia el futuro.
Día de lamentarse, pues, un rato, pero corto. Es Día de reflexionar, extrae del partido errores y aciertos y seguir con otro pasito adelante con ilusión y sabedores de que estamos creciendo y que progresamos. Esto no ha hecho más que empezar.
Texto: Víctor García / Fotografía: Portugal Rugby
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