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¡Vamos, Georgia! (O lo beneficioso de unos Lelos exitosos)


Reconozco, antes de nada, que en este Mundial voy con Georgia. O, mejor dicho, me encantaría que Georgia diera un puñetazo en la mesa. Y no, no hay aquí ningún pariente cercano o lejano en el Cáucaso o algún amor en Tiflis, sino más bien el pragmatismo de que Los Lelos son los únicos de los que, a día de hoy, y por tanto en esta Copa del Mundo, España puede sacar algún beneficio.

En un Mundial en el que el XV del León no estará por deméritos propios por segunda vez consecutiva, el análisis menos pasional debe centrarse en el rédito que cualquiera de las selecciones en la órbita española, sea por juego, sea por proximidad geográfica, sea por estrategia, puedan ofrecernos. En esta Copa del Mundo se verá el mayor número de esos equipos: Uruguay, Chile, Portugal, Rumanía, Samoa, Tonga, Fiyi y Georgia conforman una nómina que está encabezada desde hace ya tiempo por estos dos últimos.

Sin embargo, a pesar de la amplitud del espectro de equipos donde elegir y sacar rédito, Georgia posee varias características que favorecerían, teóricamente (en este mundo oval todo es teórico), a España. Y lo haría porque es la única selección que combina esos tres campos antes mencionados: su posición estratégica, el valor de su juego y su dinámica europea, a pesar de su geografía asiática. Ninguna otra selección aglutina estos factores que, en su conjunto, son los instrumentos que España explora y que, por lo tanto, cualquier éxito de los Lelos podría reforzar o, cuanto menos, debería allanar el terreno.

Dinámica europea. Georgia lleva unos años siendo considerada por la iniciativa privada del Seis Naciones como ese séptimo equipo que demanda, cada vez más, una presencia mucho más activa. La intersección de los georgianos entre este torneo europeo y el Campeonato de Rugby Europe es cada vez más notoria. Nadie en Europa fuera del Seis Naciones tiene mejor consideración que los Lelos. Su calendario se divide entre ganar el Campeonato de Rugby Europe y en enfrentarse, cada vez más, a tier 1. Y a ganarles. Su progresión es el reflejo real de quien aspira a la ampliación o, como premio menor, a la promoción del Seis Naciones. Una buena actuación en Francia podría ser determinante a la hora de valorar una modificación en el sistema europeo de competición y de clasificación.

Juego. A pesar de las enormes diferencias entre los últimos años, Georgia no está tan lejos de la mentalidad española. Parece algo más de deseo que de realidad, pero la referencia de una Georgia deportivamente cercana acelera la necesidad de España. Perder el ripio de Georgia, aunque sea como reflejo en el que mirarse, es perder la referencia de alguien válido. Su progresión se ha visto acentuada con esa participación de calidad en torneos amistosos de primer nivel y en la no sorpresa ni queja de ningún tier 1 al que le toque enfrentarse a Georgia. A pesar del resultado contra Argentina de hace un par de semanas, España tiene que mantener cierto gen georgiano en su disciplina deportiva y en el esfuerzo de enfrentarse, cada vez más, a equipos muy superiores. 

Estrategia. Además de lo que se refleja con cierta evidencia en el punto "dinámica europea", la visibilidad de Georgia también como dominadora del sistema europeo de franquicias es un punto más en su progresión. Observemos por un momento que hasta ocho selecciones mundialistas han tenido o tienen un gran desarrollo a través de sus franquicias. De todas ellas, que puedan aspirar a romper la baraja, solo Fiyi y Georgia pueden presumir de esa capacidad. La similitud entre ambas selecciones es increíble en lo que respecta a su desarrollo y sus demandas. Ambas son las siguientes selecciones tier 2 en sus zonas en la consideración para la hipotética ampliación de sus competiciones. Japón, con su salida del Tres Naciones Asiático, certificó su inclusión como tier 1 y en el Pacífico, Fiyi ostenta ahora ese papel. Pero nos interesa Europa, y ahí solo está Georgia.

Es cierto que Rumanía, y quizá más evidente, Portugal, están un paso por encima de España, pero ninguna de esas selecciones será capaz de aglutinar los tres vectores que considero relevantes para una base revolucionaria en el sistema. Personalmente, no me interesa tanto el vecino portugués, y no solo por ese del "grasias, Espanha" o de las conversaciones cruzadas sobre el caso Van den Berg, al igual que tampoco me interesa Rumanía, y tampoco por la guerra encarnizada. No. Apelar a la heroica de Georgia es apelar a plantear un cambio obligado en la dinámica. Al igual que Uruguay cambiará las cosas en América tras su superioridad en el clasificatorio, una Georgia que acabe tercera de grupo por segunda vez, quizá más arriba, y que haga un buen torneo pondrá las cosas más difíciles a las exigencias clasistas de quien manda en el rugby, aunque para ello tenga que ser a costa de Fiyi, que daría con casi la misma lectura.

Podríamos entrar ahora a debatir sobre si interesa o no que los equipos europeos estén arriba o abajo con el fin de tener una clasificación más cómoda para la ansiada Australia 2027. Italia y Georgia marcarán con sus actuaciones, casi con total seguridad, la definición de un clasificatorio que siempre velará por los intereses de los más grandes. Frente al apartheid oval no se puede hacer mucho, de ahí la importancia de, por lo menos, evidenciar el sistema desde lo deportivo. La realidad es que no variará mucho un 3+1 o un 2+1, porque, a no ser que exista una ampliación para 2027, España seguirá condenada a luchar por su plaza contra equipos que no visten ni de azul ni de vinotinto

Entonces, ¿cuál es el beneficio para España de que Georgia haga un buen Mundial? El beneficio es intangible pero orgánico. Una Georgia fuerte abre el debate de nuevo y, con suerte, la revisión de conceptos y modelos que el XV del León debería aprovechar en los próximos cuatro años. La certeza absoluta de que la inclusión de partidos contra tier 1 es positiva, posicionar Europa más allá del canal de Otranto (en realidad, más allá de los Alpes), apadrinar una recompensa del esfuerzo deportivo o ser capaces de poner en evidencia la estructura es algo que tiene en sus manos Georgia. Nadie más. Fiyi abrirá el mismo camino en el otro lado del mundo si gana su partido, pero los Lelos serán prácticamente los únicos tendrán la responsabilidad de hacerlo en nuestra área de interés.

 

Texto: Álvaro de Benito / Fotografía: Domingo Torres 


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