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Análisis / Luces y sombras del año I de la era Hansen (1/2: Institucional y gestión)


Primer año de la era Hansen, 350 días para ser más exactos, y primer balance de lo que ha sido y de lo que habría podido ser. Analizamos y recorremos en varios puntos distintos temas críticos y áreas, desde parte de la gestión deportiva, la parte institucional, la imagen proyectada y los problemas jurídicos que han rodeado estos primeros doce meses de mandato.

Comenzamos el recorrido por la parte institucional y más de gestión interna, tanto de lo jurídico como de lo financiero.

La reconstrucción de las relaciones internacionales

Quizá el punto más fuerte y visible de este año ha sido el empeño exitoso de retomar las relaciones institucionales a su más alto nivel. Aquella reunión imprevista en Sudáfrica, y que fue el primer contacto de la nueva junta con World Rugby, abrió las posibilidades a ser escuchados. La visita política de Bill Beaumont y la designación de España como sede de las finales de las Seven Series a partir de 2024 y durante tres años, acontecidas de manera simultánea, fueron los dos grandes hitos para certificar que, buena o mejor, por lo menos existía una relación con el máximo organismo mundial.

El trabajo se prevé más fácil ahora con la fluidez que se le presupone a esta nueva relación, y el objetivo ahora deberá ser rentabilizar y materializar las medidas que mitiguen para España el sistema discriminatorio de World Rugby, una meta a todas luces imposible y cuyo balance debería ser positivo si se cumplen dos mínimas: hacerles saber que existimos y de lo que podemos hacer, además de dar guerra para ir derribando un sistema de apartheid que rompa con cierto caciquismo.

La descentralización del Central

A pesar de que en algunas ruedas de prensa pareciera una cosa y la contraria, lo cierto es que la FER ha apostado por llevar a la selecciones nacionales de XV más allá del entrañable hormigón agrietado de El Central. La presencia de los combinados en Badajoz, Alcobendas, Sant Boi, Málaga, Torrelavega, Zamora, Sitges o Guadalajara, entre otros lugares, ha hecho posible que el aficionado de toda España pueda tener una oportunidad más cercana para disfrutar de sus partidos.

En lo inmediato, la FER seguirá apostando por esa política, aunque quizá valore una polarización de la misma. Es decir, que Madrid se convierta en un gran centro de eventos, como es la apuesta declarada, pero que el resto de ocasiones pueda distribuirse por todo el país. Con un amplio calendario propuesto, las opciones para esto último se multiplican, aunque tendrá todavía que verse la aceptación por parte de los interesados de las propuestas económicas para albergar partidos internacionales.

Promoción e incremento de las actividades y eventos

Fundamental para el aficionado, el continuo crecimiento de la actividad y la apuesta clara de indagar en los eventos como eje vertebral de las acciones de promoción se antojan éxitos de la actual directiva. Parece que ha existido una clara apuesta por lo más inmediato, como ha sido la búsqueda de oportunidades para nuestras selecciones fuera de las ventanas internacionales (Cuatro Naciones femenino en El Central o los preparativos de la sub-20 por Sudamérica y Zamora), recuperando aquellos partidos “espontáneos” que hubo en ciertas temporadas en el pasado (England Counties, 2017, por ejemplo).

Esta progresión se complementa con la idea política de convertir España en un centro de grandes eventos del rugby mundial. Bien de la mano de instituciones públicas, como la concesión de la sede por tres años de las finales de la Sevens Series a Madrid, Ayuntamiento de Madrid mediante; bien por la propia acción de las federaciones internaciones (Cuatro Naciones femenino o albergar las finales del pasado Campeonato de Rugby Europe en Badajoz); o manteniendo la iniciativa privada como compañera de viaje (la firma de un acuerdo por dos años para un partido de alto nivel, empezando por el España-Argentina, con Kiwi House), esta directiva ha indagado en las opciones ventajosas de ello más allá de su mínimo papel como promotor, aunque todavía sea pronto para evaluar los resultados más allá del éxito institucional.

Los objetivos de financiación

Una de las grandes promesas electorales fue el incremento del patrocinador privado para la financiación de la Federación y complementar los ingresos por subvenciones públicas y por dinero de World Rugby. En una entrevista a Playbook, Hansen comentó que se apostaba "por incrementar un 50% los ingresos en los próximos dos años segmentando la comunicación, generando nuevos patrocinadores, transmitiendo confianza y seriedad", algo bastante más realista que su primera ambición de aquellas elecciones de 2020, tiempo antes del caso Van den Berg, cuando declaró en Expansión que revertiría la "vieja usanza" donde un 30% procede de patrocinios privados, dejando el 70% restante al dinero público. Por otro lado, en el debate que preparé en A Palos, el ahora presidente comentaba que mucho pasaba por "la reconfirmación y retención de patrocinadores actuales".

Durante este año, la FER ha sido capaz de retener a esos patrocinadores clave en un momento de cierta tensión reputacional, aunque algunos como Generali hayan reorientado sus objetivos dejando el patrocinio del seven y retomando acciones de formación, pero no ha incrementado notoriamente el ingreso de dinero privado por patrocinios o mecenazgos o, por lo menos, no en la dirección del incremento del 50%. Las aportaciones de carácter privado nuevas en la FER han venido, principalmente, del patrocinio de Volvo por el naming de la Copa del Rey y por las activaciones en los partidos del XV del León por valor de, aproximadamente, 50.000 euros; por la asunción y cobertura por parte de Air Europa de la logística de la sub-20 en su viaje a Uruguay; y por la cantidad recibida por parte de los organizadores del España-Argentina de agosto en concepto de honorarios de participación.

Fuera de esas tres líneas, el aumento de los ingresos ha venido mayoritariamente por otros canales de carácter público e institucional. En la última asamblea, según fuentes consultadas, se dio a conocer que el dinero proveniente de World Rugby se había incrementado el 50%, el mismo porcentaje que el proveniente del CSD. A esto, hay que sumar en la pasada temporada las subvenciones recibidas por los distintos consistorios de ciudades anfitrionas, destacando sobre todos ellos la cuantiosa aportación del Ayuntamiento de Madrid de 250.000 euros por el España-Namibia de otoño.

La televisión

Otro de los puntos críticos de todas las candidaturas fue la relevancia de incrementar la presencia televisiva e intentar conseguir que la División de Honor fuera un producto de interés para las plataformas y cadenas. Si bien las actuaciones de las selecciones nacionales de XV y 7s han seguido su curso con las retransmisiones de Teledeporte, la competición doméstica ha sufrido cambios. La plataforma de Ferugby TV ha cubierto la retransmisión digital en directo de los partidos, en detrimento de La Liga Sports TV, que se encargó de su emisión la temporada anterior. Además, hay que sumar la presencia de mínimo un partido por jornada en la cadena pública, lo que ha incrementado la visibilidad con cerca de un incremento del 90% de cobertura televisiva.

Del proyecto de televisión y contenidos iniciado por la anterior directiva, la actual RFER ha proseguido con el modelo y consolidando la iniciativa, aumentando en un 15% los fondos recibidos por el CSD para este fin, mientras que el gasto se ha consolidado en torno al 12%. La opción única de streaming a través de FerugbyTV ha facilitado el aumento lógico de suscriptores en un 270%.  

 


  

Cuestión de imagen: la sombra alargada de Alcobendas

Durante la campaña y en los primeros días de mandato, la actual junta se preocupó de afirmar que ningún directivo de la candidatura de Hansen había sido o tenía relación con Alcobendas. La casi obsesiva sombra del club madrileño planeaba en casi todos los frentes de un rugby dañado institucionalmente por el caso Van den Berg, y la sola opción de que nadie se relacionase con el club podía tener un precio fatídico. Las redes sociales y las informaciones dirigieron sus miradas el pasado verano a Gabriel Sáez, fundador, máximo accionista y consejero delegado de Go Fit hasta 2023, y presidente de la empresa; y Eugenio Martínez Bravo, CEO adjunto de KREAB Worldwide. Ambos directivos eran responsables de dos de los patrocinadores más visibles de Alcobendas por entonces.

La tarea difícil de explicar que no existía relación pasaba para el público, prácticamente, por la desvinculación total de cualquier colaboración de estas empresas con Alcobendas Rugby, ya que podría percibirse negativamente. En la actualidad, Go Fit no figura como patrocinador de Alcobendas Rugby, aunque sí lo hace KREAB Worldwide. La empresa de la que es directivo el vicepresidente del Área de Marketing, Comunicación y Patrocinio mantiene su colaboración con la escuela y la cantera del club a la que da nombre (además de la exhibición de su logotipo en las camisetas de los equipos) como colaborador sin participar en la junta directiva del club o estar vinculado a ella. 

Además de los de ambos directivos, estaba también el nombre de Peter Boland, vocal de la junta directiva y encargado de temas de márquetin, y con pasado como jugador y entrenador del club madrileño. En su caso, abandonó el club al explotar el caso Van den Berg y se desvinculó totalmente antes de formar parte de la directiva.

El espinoso acuerdo de redención con Alcobendas

Una de las decisiones más sorprendentes fue el acuerdo pactado entre Alcobendas y la FER por el caso Van den Berg. La nueva directiva, ante la amenaza de que el equipo madrileño prosiguiera su defensa por los cauces legales del TAD e, incluso, de la justicia ordinaria, acabó por proponer un pacto con Alcobendas Rugby que incluía que el club no recurriría la resolución del CNDD (descenso administrativo a DHB y eliminación de la final de la Copa del Rey) a cambio de que no se perjudicase "la cantera del Club (la Escuela KREAB Alcobendas Rugby) (...) la Junta Directiva aceptaba "la redención de la parte económica de la sanción, a cambio de la realización por el ARU de actuaciones de promoción del rugby". Además, "para no perjudicar al desarrollo del rugby base del ARU, se propondrá por la Junta Directiva que el equipo M23 del ARU, al que no se ha extendido la sanción del CNDD, no se vea afectado por esa decisión, y pueda seguir compitiendo esta temporada en la citada categoría."  

Hasta la reciente asamblea de principios de este mes, en la que se explicó algo más en detalle este acuerdo, no había existido una claridad pública al respecto, más allá de lo que fue el comunicado político en el que las partes asumían condicionantes de su contraparte. El desglose del episodio de "realización por el ARU de actuaciones de promoción del rugby" tardó varios meses en llegar, y solo saltó a la palestra tras el partido en Alcobendas del XV femenino contra Japón. 

Justicia interna

La FER ha tenido que lidiar este último año con cuatro casos que han acabado señalando y certificando que los comités internos de justicia deportiva de la Federación tienen un cariz demasiado endeble. Además del mencionado caso Alcobendas, y del de Yamila Otero, que será analizado en el siguiente apartado, dos denuncias que incumbían a Gernika (por el caso Alcobendas) y a Cisneros y Barça, por denuncia de alineación indebida del primero al segundo, acabaron siendo resultas en el TAD.

El máximo tribunal deportivo puso en cuestión los veredictos, a veces contrarios entre sí, de los dos comités internos de la FER, incidiendo en la poca claridad de los reglamentos aplicados en cada denuncia. Así, este año acaba sentando un precedente nefasto para la justicia interna que quedó con sus normas como un organismo de doble instancia totalmente inservible. No obstante, este presente año es el que más denuncias de rugby ha habido ante el TAD, certificando una tendencia nada positiva para la justicia interna de la FER.

La sombra alargada de las Fs

Las famosas F, claves del caso Van den Berg, han seguido teniendo en vilo al rugby español este último año, si bien hay que distinguir entre la normativa, aprobada por la anterior junta, y las acciones tomadas en varios casos, ejecutadas por la actual directiva. Quizá el expediente más crítico fue el de Yamila Otero, la internacional albiceleste de seven que provocó denuncias cruzadas y resoluciones en hasta tres estamentos de justicia deportiva. Su alineación indebida no lo era tanto, pero suficiente para que lo fuera. Más o menos. Es decir, la norma era interpretable, pero la solución del la FER reconocía el hecho. Tras un partido de tenis de tres resoluciones, en la que el CNDD dijo que no había caso, el CNAD, sí, y el TAD, no, el máximo tribunal deportivo del país dejó, de nuevo, en entredicho la eficacia y validez de los propios tribunales y la normativa de la FER.

En este sentido, la FER propuso una nueva normativa o, por lo menos, el estudio de algunos cambios del sistema de Fs. El tema fue tratado en la última asamblea y fue aprobado siguiendo las líneas que adelantó en rueda de prensa el vicepresidente del Área de Gobierno, Control y Auditoría, Juan Guitard. Sin embargo, existen varias dudas acerca de este tema, casi todas orbitando sobre cómo se va a implantar, cuál será el papel de clubes y árbitros y por qué solo se hará en División de Honor, siendo esta última clave para que saliese la propuesta adelante con los votos favorables de clubes de otras categorías a los que no les iba a afectar en el corto plazo, perdiendo, además, la posibilidad de empezar en todas las categorías con la misma normativa.

 

Texto: Álvaro de Benito // Fotografías: Domingo Torres

 

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