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Jurado, Bell, Mélé... Funambulismo y elegibilidad, talones de Aquiles en el ciclo mundialista

 

No es ningún secreto que una de las mayores preocupaciones de los aficionados desde los acontecimientos de Bruselas en 2018 ha sido la elegibilidad de los jugadores que integran el XV del León. A menos de un mes para que den comienzo los clasificatorios del Mundial de Francia 2023 (sabemos que comenzarán el primer fin de semana de marzo, pero no hay confirmación del orden de los rivales), la posibilidad de encontrarnos de nuevo ante un mal sueño sigue estando demasiado presente. 

Desde que se llegase al punto culminante del debate aquella fatídica primavera belga, se han dado varios casos y polémicas en este aspecto que, como poco, dejan en entredicho las palabras de la Federación sobre la comprobación plena y total de la elegibilidad de cada jugador de España. Si miramos atentamente a las resoluciones y a ciertos nombres desde 2018, la selección ha estado coqueteando peligrosamente con tropezar no una segunda vez, sino hasta tres y cuatro veces con la misma piedra, a pesar de la reprimenda de World Rugby a la Federación por su continua reincidencia en este particular. 

Al ya trillado caso Bell, cuya resolución favorable solo se circunscribió a la interpretación de la norma y se condicionó a que la Federación reforzase sus procesos de control, se le sumó el de Nathan Paila. A diferencia del sudafricano, que ha vuelto a ser un habitual en las listas de Santos, el jugador australiano de origen samoano desapareció por completo del entorno del XV del León tras su tercera cap, contra Georgia, en la segunda jornada del Europeo de 2020. No participó en ningún partido más en aquel torneo, al igual que Bell, es cierto, pero su futuro con la selección quedó marcado de alguna forma. Su salida de España podría no haber sido un obstáculo como no lo fue en su día la vuelta de Snee a Nueva Zelanda, pero una Federación por entonces llena de dudas, decidió enfriar su caso, aprovechando su marcha y el revuelo de Bell.

Curiosamente, otro debutante contra Hong Kong junto con Paila y Bell fue Nicolás Jurado, otro de los casos extraños que surgieron tras el tirón de orejas de World Rugby. El jugador de origen argentino no ha vuelto a aparecer en la órbita de la selección tras su único partido, frente a los asiáticos, y en ello podría tener mucho que ver su misterioso cambio de estatus. En las actas de los partidos de División de Honor, ya desde la temporada anterior, Jurado aparece sin la "F" que le otorga la posibilidad de ser seleccionable, por lo que se deduce que no habría sido elegible en el momento de su debut ni lo sería ahora, y que solo la presión de World Rugby sobre la Federación y que fuera en un test match evitó que su caso llegase a más.

Tras el revuelo generado por los casos de Bell y Paila, reaparecieron también ciertas dudas sobre la incorporación de Mélé, cuya elegibilidad se certificó. El narbonés había debutado previamente con la selección de sevens de Francia en torneo oficial en el circuito FIRA de 2006 (en Andorra) y en 2007 (en Georgia), años antes de hacerlo con España. Sin embargo, el criterio de captura por una selección a través de su selección de seven es ambiguo, ya que deja abierta la posibilidad que un segundo equipo de seven o de desarrollo no sea vinculante, por muy oficial que sea y a diferencia de lo que ocurre con el XV.

Esa misma casuística fue la que hizo elegible a Bautista Güemes en un caso similar, aunque más claro para los intereses de España. Su seleccionado en 2014 con el segundo equipo de Argentina de seven (Pampas 7) para el Seven de Viña del Mar, en Chile, cuando todavía era jugador de CUBA, podría despertar ciertas dudas. No obstante, y aunque el torneo formase parte del Circuito Sudamericano de Seven, sancionado por CONSUR, la presencia en aquel combinado -que actuaba como representante oficial de la UAR- no capturaría por los mismos criterios que en el caso de Mélé: a pesar de ser un equipo oficial y de haber jugado contra selecciones nacionales absolutas, no se le considera primer equipo de seven.

Además de los casos ya sobreseídos por World Rugby bajo el criterio del espíritu de la norma, aquellos relacionados con selecciones oficiales de seven con estatus de segundo seleccionado o de desarrollo y el caso de Nicolás Jurado, hay jugadores que han sido llamados a varias concentraciones tanto de seven como de XV cuyo estatus de elegibilidad parece estar más que en duda. El más evidente es Juandre Kleynhans, que llegó a estar convocado por Pablo Feijoo de cara a afrontar las Series Mundiales y que formó parte puntualmente del grupo de trabajo de Santos en 2019, de cara a su inclusión en 2020 en el equipo, año en el que, supuestamente, podría entrar por plazos en la selección. Sin embargo, a fecha de hoy, sigue sin poseer la "F" en las actas de la División de Honor, lo que le descarta como posibilidad a corto plazo.

Hay que resaltar que la casuística es variada, y que el veredicto final de cada caso responde a la amplitud que otorgan tanto los resquicios de la interpretación de la norma como del espíritu de la misma. Por ese mismo motivo, por lo circunstancial, la Federación tendría a bien reforzar sus protocolos y garantías a la hora de convocar a nuevos jugadores como se le ha exigido desde World Rugby, más allá de las meras palabras o intenciones para no reavivar viejos fantasmas. No se trata solo de la credibilidad en entredicho de la FER en este aspecto: estamos ante la clasificación posiblemente más igualada de la historia y, con el historial reciente de España, no hay duda de que cualquier error va a ser aprovechado legítimamente por cualquier equipo, y que, ante cualquier opción, no van a quedarse con la duda.

 

 Redacción   Álvaro de Benito   Fotografía   Domingo Torres

 

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