SVNS Madrid (y II): El efecto Woodman/Dupont, el reto de España y el morbo de Feijóo
En esta segunda entrada sobre la Gran Final del Sevens de Madrid (ya sabes, SVNS), paso a analizar brevemente algunos puntos en lo deportivo. Como pincelada inicial, en las finales de Madrid destaca la presencia de dos gigantes del rugby mundial... a XV. A pesar de que sus destrezas pueden ser también disfrutadas en la disciplina olímpica, el reclamo de la presencia de, posiblemente, los dos mejores jugadores de XV del mundo en Madrid ha sido el espaldarazo definitivo. La neozelandesa Portia Woodman y el fracés Antoine Dupont intentarán alzarse con el título para sus respectivas selecciones a la vez que preparan el asalto olímpico, la meta real y final de ambos atletas en este asunto. Así, el XV constata su sinergia con el seven en una necesidad acuciante de someterse a esa simbiosis para sobrevivir en el mundo del espectáculo, ese mismo barniz con el que se construyen la Series Mundiales.
La parte deportiva y de competición es más o menos simple (o todo lo simple que nos quieran mostrar). Dos torneos, uno femenino y uno masculino, con ocho selecciones cada uno luchando por el trofeo y otras ocho luchando por mantenerse o ascender a las Series Mundiales. ¿Ascenso? World Rugby tiene dos torneos de seven dentro de las Series Mundiales: las propias series, donde compiten los mejores del mundo y entre los que está España, y el Challenger, una especie de segunda división donde los cuatro mejores equipos de la fase regular se suman a los cuatro peores de la fase regular de las Series Mundiales en esa promoción de ascenso/descenso, y donde también está España.
El reto de España
Las Leonas acabaron últimas de la fase regular de las Series Mundiales con 17 puntos, un balance muy pobre que certifica un mal momento de la selección de seven femenina y que puede tener su origen en el golpe anímico que supuso no clasificarse, siquiera, para el Preolímpico tras un Europeo del año pasado que dejó tocado al equipo. Por ese motivo, las chicas de Alberto Socías, seleccionador nacional, tienen que jugarse la permanencia con dos de las cuatro mejores del Challenger, ya que la suma de los ocho equipos, se dividen en dos grupos.
En el caso de España, Japón, China y Polonia serán sus rivales de grupo, pero poco o nada importa, ya que el cruce de cuartos es el único realmente importante: quien gane, a las Series, y quien pierda, al Challenger. Por eso, España tendrá que ganar su partido frente al rival que le corresponda del otro grupo, el conformado por Brasil, Sudáfrica, Argentina y Bélgica. Quizá la buena noticia sea que España elude en esos cuartos sí o sí a China, una de las principales favoritas para el ascenso.
Dentro del mismo sistema de competición, Los Leones, dirigidos por Paco Hernández, tienen que enfrentarse en el grupo a Chile, Kenia y Samoa, rivales que nunca tendrá en cuartos, por lo que dentro de ese sistema que el propio Hernández adjetivaba como "cruel", tendrá que vencer en cuartos a quien le corresponda por cruce de Estados Unidos, Canadá, Uruguay o Alemania. De todos ellos, los estadounidenses, que llegaron a Madrid con 16 puntos sobre el siguiente en la tabla, sea el rival más complicado a priori. Claro que, a un partido (de ahí la crueldad) todo puede pasar... incluido un posible cruce con Alemania.
El efecto Feijóo
¿Qué ocurre con Alemania? Realmente se trata de un elemento extradeportivo. Los teutones se metieron en la última jornada del Challenger entre los cuatro mejores ganando a Hong Kong y se encuentran en un proceso ascendente. Pero, más que eso, está el hecho de que la selección alemana está dirigida por Pablo Feijóo, ex seleccionador español y que acabó de manera, digamos, abrupta su relación con la RFER y con los jugadores tras una especie de motín. Por tanto, podría darse el caso de que España se cruzase en ese partido determinante de cuartos contra Alemania, que podría acabar con el statu quo actual si Alemania gana y condena a España a la salida de las Series Mundiales.
¿Y después? En el caso de que España logre ganar su partido de cuartos, los equipos que lo hagan mantendrán la categoría. Si no, deberán clasificarse para el Challenger de la próxima temporada vía torneo regional, es decir, vía Campeonato de Rugby Europe de Seven, que tendrá lugar en verano en Croacia y Alemania. En el caso de Las Leonas, será su último torneo de la temporada, por lo que podrían poner toda la carne en el asador en caso de descender y con la intención de regresar cuanto antes al circuito mundial. En el caso de los de Hernández, si descendiesen, el torneo europeo sería vital, al igual que el Preolímpico para el que, a diferencia de las chicas, sí que están clasificados. Es decir, los tres torneos restantes (Series Mundiales, Europeo y Preolímpico) serán decisivos y podrían trastocar los planes del seleccionador de dar tregua con la unidad B en el Europeo.
Texto: Álvaro de Benito / Fotografía: Mike Lee / World Rugby
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