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España sale del podio del REC dando la cara en un partido oportunista (31-25)


Tras varios torneos del Rugby Europe Championship estando entre las tres primeras selecciones, o por lo menos antes de deducciones de puntos por sanción, España no ha podido con Rumanía en el partido por el bronce en este nuevo formato. Entraba dentro de las quinielas que el XV del León, en fase de zozobra constante y con aires (soplidos) de cambio, le costase hoy ganar a los Robles mucho más de lo que nos ha tenido acostumbrados los últimos años. 

Hoy, en Badajoz, ante un Nuevo Vivero con distinta suerte de público, las oportunidades españolas en la primera parte han pasado más por el oportunismo y por el aprovechamiento de los errores de unos rumanos que, controlando el partido, les costaba horrores tener algo de rédito. Eso sí, la defensa española estuvo casi brillante, atajando de raíz con esfuerzo sobrehumano esa victoria táctica de los blancos (otrora amarillos) en el despliegue de juego y delantera que, sin embargo, no tuvo rédito hasta casi el final de los primeros cuarenta minutos.

Sería con la intercepción de un balón en el centro que culminase Facundo Domínguez cuando comenzase a sumar España, incrementando posteriormente con la transformación y un golpe de castigo de Vinuesa el marcador hasta el 0-10 (España jugó como visitante). Esa brecha en el marcador daría un respiro mental para poder concentrar fuerzas y más fuerzas en evitar que los rumanos posaran. Un dato: en el total del partido, España realizó 164 placajes, por 72 de Rumanía, y muchos de ellos concentrados en esas fases defensivas y titánicas. Los Robles no conseguirían ensayar hasta el límite del descanso, gentileza de Simionescu, que entró por primera vez en la marca española aprovechando el descuide de efectivos en el eje cerrado.

Si la pillería estuvo del lado español en el primer tiempo, la segunda parte amanecería con un robo de balón de Chirica propiciando ese espejo mágico por el cual los rumanos conseguían adelantarse. España mejoró paulatinamente, demostrando quizá que todavía le cuesta mucho más tiempo la aceleración y entrar en el partido, pero que empieza a llegar. Se forjaron ocasiones, pero la delantera rumana tuvo su tarde, como en el pasado, y decantó el duelo físico hacia su lado.

Ambos equipos cometieron muchos errores e indisciplinas, abocando el partido a una emoción casi más centrada en asumir los fallos del rival como un arma táctica más. Al final, eso también cuenta. Si la paridad en el juego abierto y en el aprovechamiento de los errores estaban ahí, el marcador también lo reflejaba tras un arreón de voluntad del XV del León. Un 25-25 que reflejaba el parcial de 0-14, obra doble de un Brice Ferrer que se convirtió en el león más destacado, reinaba en los últimos minutos, pero se desharía de nuevo en esa marejada final que acabaría por transformarse en los seis puntos de diferencia final con el que el XV del León se despedía de este remozado torneo sin tener muy claro cuáles van a ser los próximos pasos.


Texto: Álvaro de Benito / Fotografía: FERugby

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