El último baile de Miguelón

Este sábado, en Villajoyosa y a las 20:00, se jugará el segundo partido y último de la ventana de otoño que World Rugby disminuyó en un encuentro y que, no obstante, brindó a los equipos potencialmente mundialistas que no lo fueron y Brasil. Además, será también el último de Miguelón al frente de la selección, a pesar de que ya dijéramos esto en agosto tras su primer y supuesto último baile contra Argentina.

Para los que gustamos de contar y cortar la historia, este breve ciclo se ha transformado con el paso de los meses en una transición de circunstancias, movidos por la urgencia de encontrar una cabeza pensante más allá del corto plazo, a pesar de meses y meses de retraso debido a la gestión de los procesos. Esa transición, que no solo afecta a la parte técnica, sino también a la necesaria (y continua) renovación del conjunto, ha de ser analizada con lupa, ya que los mensajes que se han desprendido durante estos meses han podido llegar a ser confusos.

El partido contra Estados Unidos es el final de esta etapa, aunque pareciera que pudiéramos seguir estancados en aquel partido contra Canadá, el de Ottawa y no el de hace una semana, donde las dudas, la reivindicación, la madurez y la procedencia de la convocatoria podrían seguir siendo el plato del día. Si el fin de semana anterior el XV del León reivindicó un nuevo renacer y certificó la decadencia absoluta de una selección, la canadiense, ya con tintes de historia tragicómica, el partido de mañana se debería afrontar de manera distinta.

Sin embargo, es fácil caer en la duda de si todo esto servirá para construir la base del proyecto de Bouza, al que se ha tenido de un lado para otro estos días y que mañana no estará presente, o si bien por el contrario certifica el final de un periodo un tanto turbio. Personalmente, me inclino más por un puente, algo así como una tendencia mixta, a tenor de lo que alineará Miguelón.

Y es que de la lista española, destacan los puntos de antes y los de ahora: una nómina en la que solo seis jugadores titulares han sido formados en España y con un número elevado de jugadores del nuevo milenio, muchos de ellos desde el banquillo. ¿Es compatible asimilar las tendencias de formación española y juventud frente al manido recurso de los no formados en España y con renombre y presente y pasado en la selección? Sea cual sea la respuesta, lo que está claro es que este último partido de Miguelón supone una marca en esta historia nueva, a caballo entre el proyecto Iberians, un entrenador que ya aparecerá, la ambición de Australia 2027 y, sobre todo, encontrar la identidad y el juego para los nuestros. 

Mateu y Bay como medios, el posible debut de Gali y Nicolás Fernández y la valoración de los nuevos talentos perfilarán la respuesta a la pregunta anterior. Y si todo ello no fuera suficiente, ahí queda el símbolo de la capitanía de Pichardie, elegido para la ocasión sobre el que ha llevado el honor en los últimos partidos, Feta Casteglioni, a pesar de que este último será también titular.

Enfrente estará Estados Unidos, una selección paralela en cuanto a historia reciente, que tiene que renacer de sus escombros con la presión añadida de llegar, ya no solo a 2027 dentro del Mundial, sino de ser competitiva para la Copa del Mundo que organizará en 2031. Esta Estados Unidos no es la dura roca mundialista que podía dar alguna sorpresa, pero tampoco es ya el equipo débil que fue incapaz de superar a Chile o a Portugal, por lo que se presupone que, en lo deportivo, es una buena prueba y real para comprobar si el final de esta presente etapa está en su punto óptimo para el relevo en el banquillo, aunque solo sea para tener un año por delante sobre el que asentar esta base y no tener que rebuscar en la cubeta una nueva.

Por España jugarán: Futeu, Ovejero, Joaquín Domínguez, Pichardie, Suárez, Foulds, Facundo Domínguez, Imaz, Bay, Mateu, Cian, Gimeno, Casteglioni, Jorba y Bell. Serán suplentes Del Hoyo, Fernández, Muñiz, Borraz, Triki, Ike Irusta, Gali y Aira.

Texto: Álvaro de Benito / Fotografía: Soraya Sanz