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«Así» / Jaime «Chupao» Gutiérrez: Así fuimos campeones de Europa

 


Esta es la historia del primer y único Europeo que ha logrado el XV del León. Llegamos al campeonato de la temporada 1996-97 dirigidos por Bryce Bevin como seleccionador y Santos como segundo. Bryce llevaba cuatro años en el cargo, y en ese tiempo pudo dar un giro a nuestra manera de competir para adaptarla a los tiempos que corrían y hacernos sentir más como un equipo que como una selección.

Con Bryce y Santi, y aún sin recursos suficientes en un entorno totalmente amateur, empezamos a trabajar con mas dedicación e intensidad que nunca y disponíamos de recursos que antes no teníamos. Aunque ahora parecen obvios, era casi un lujo por entonces tener un fisio, un servicio médico, la visualización de vídeos de nuestros partidos y de partidos de los rivales y algo más de tiempo para concentraciones, planificación, objetivos… Pero Alberto Pico volvió a la presidencia de la FER justo a finales de 1996, y todo lo construido se empezó a desmoronar. Y empezaron los cambios repentinos sin criterio objetivo.

Esa temporada internacional, la completamos con un pleno de cuatro victorias en los cuatro partidos que disputamos. En el grupo que nos tocó, vencimos a Alemania y a Bélgica, esta última con un buen “saco”, al igual que en semifinales contra una Polonia que acabaría tercera tras derrotar a Georgia. Y nosotros, a la final contra Portugal, el verdugo de los georgianos en semifinales.  

 

 

Aquel equipo que tuve el orgullo de capitanear combinaba muy bien veteranía y renovación y no había estrellas ni leyendas ni jugadores imprescindibles: la fuerza estaba en el grupo, en el equipo. De hecho, la final contra Portugal en El Central, el 11 de mayo del 97, la ganamos por 25 a 18 con una alineación que combinaba experiencia y juventud casi al 50%. Los convocados a ese partido fueron: Zapa, Javilón, Victor, Steve, Josemi, Fuks (DEP), Carlitos Souto, Aratz, Unai, Paquete, Visente, Alvar, Dani, Fran, Lupas, Socías, Ferran, Jero, Tibu y yo.

Entrenábamos los del “puerto” contra los de la “puerta” cuando había contacto. Seguro que los convocados me entienden bien, y Bryce, también. De todos ellos, no destaco a nadie del equipo, porque nadie es destacable salvo el grupo humano que existía. Marcaron los que marcaron y placaron los que placaron, los egos no son rugby. El equipo, a pesar de la nueva directiva, ganó, y con ello se coronó por primera y única vez campeón del torneo europeo.

La prensa nacional dejó cosas como la que registró El País al día siguiente: “España gana el título europeo de rugby”. España aprovechó las ausencias de Francia, Italia y Rumania para adjudicarse frente a Portugal, al que ayer venció por 25-18, su primera final del Campeonato de Europa, el primer título continental que gana en hombres. Alguien podría decir que aquel título fue descafeinado, pero a las ausencias que ahora no llaman la atención o a la de Rumanía no ocultaron que por allí estaban Portugal, Georgia, Rusia, Países Bajos, Bélgica…

Lo que es curioso es que, descafeinado o no (¿es descafeinado el campeonato actual, con la victoria sobre Portugal recién conseguida?), este título de 1997 haya pasado desapercibido, sin pena ni gloria, a lo largo de los años, como si no hubiese existido, como si España nunca hubiera conseguido su primer título continental, ese «La Selección Española, campeona de Europa» que parece reducido a los viejos boletines.

 


Curioso es que, en la web de la Federación, hay una sección que se titula «¿Qué debes saber de la historia del rugby en España: 23 momentos en los 101 años de la FER?» y en la que ni se menciona este título. Quizá sea el momento 24. Y en el histórico de competiciones internacionales de esa misma web, hay un vacío de 1990 a 1995 que estimo será casual, porque podría malinterpretarse como que quisieron borrar nuestra historia, la historia de ese gran grupo: «los del puerto» y «los de la puerta».

Aquella final, esa victoria ante Portugal y ese título europeo dejaba el camino al Mundial de 1999 en Gales prácticamente sentenciado. A aquel Mundial, como capitán de ese grupo durante los últimos cinco años, decidí voluntariamente no acudir. Incluso tuve la suerte de poder tomar esa durísima decisión, porque otros varios, como el propio Bryce, fueron apartados sin motivo objetivo y sin poder decidir, pero con el trabajo previo bien hecho, muy bien hecho.

 

Texto: Jaime «Chupao» Gutiérrez. 60 veces internacional con España entre 1988 y 1998 y capitaneó a la selección entre 1993 y 1998. / Ilustraciones: Boletín Rugby, FERugby


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