Así / Ferrán Velazco: Así anoté contra la campeona del mundo en un Mundial
Por Ferrán Velazco
El 10 de octubre de 1999, en Edimburgo, fue una fecha
memorable para todos nosotros. Era la primera vez que España se enfrentaba a
una vigente campeona del mundo y jugar contra Sudáfrica era un sueño, y más en
un Mundial. Se trataba de un encuentro donde no teníamos nada que perder y esto
hizo que saliéramos sin ninguna presión a intentar disfrutar del momento y del
partido.
Yo era reserva y salí en el segundo tiempo sustituyendo a
Aitor Etxeberria. Venía de no estar convocado contra Uruguay y el momento en el
que el seleccionador, Alfonso Feijoo, me dice “Ferrán entras” fue increíble, de
subidón, ya que suponía jugar mis primeros minutos en el Mundial. Tenía esa
sensación de querer comerme el mundo, y claro, sales a hacerlo lo mejor posible
contra los Springboks.
Tuvimos bastante poca posesión durante el partido, pero en
un momento de ataque, Sudáfrica cometió una infracción y el árbitro señaló el
golpe de castigo a casi 40 metros de distancia y centrado. Normalmente, uno
hablaría antes algo, pero aquí me lancé a la piscina y no dudé en ningún
momento pedir tirar a palos. No queríamos irnos con el marcador a cero y,
además, con 23 años que tenía por entonces, no te para nadie.
Sé que había mucha presión, y más cuando en el primer tiempo
se había fallado una patada, pero me veía muy motivado. Asumes la suplencia,
sobre todo frente a esos jugadorazos que había en el campo, pero a la
oportunidad que tienes, siempre quieres demostrar y contribuir. Y ahí estaba
esa oportunidad. En esos momentos no me dejé arrastrar por la presión, ni por
el marcador, ni por lo que supondría hacer los tres primeros puntos del
partido. Para mí, aquello era un regalo.
Con toda la responsabilidad, me metí de lleno en lo que
estaba haciendo, procurando estar lo más tranquilo posible. Aunque el pateador
siempre ha de ser consciente de la presión, son más difíciles las patadas
cercanas precisamente por parecer más fáciles, y eso quizá me restase un poco
de presión. La patada era lejana, pero solo después de patear fui consciente de
que estaba incluso más lejos de lo que pensaba.
VER: Esta fue la jugada entera, desde el golpe hasta mi alegría |
Y me salió bien. Sonríes, diriges la mirada al público y a tus compañeros y, en cierta forma, notas un alivio. En las gradas estaba mi familia, con la que también tienes siempre el compromiso de hacerlo lo mejor posible. Al salir desde el banquillo, el partido se me hizo muy corto, pero intenso; ¡incluso buscaba balones que sacar en los agrupamientos! Fue una experiencia increíble, porque hicimos un gran encuentro, con una defensa extraordinaria y las pocas veces que pudimos llegar cerca de su línea de ensayo intentamos de todas formas anotar.
Al acabar el partido, y tras ver que fueron los tres únicos
puntos, es cuando eres consciente de que van a pasar a la historia, y más
cuando me llamaron varias cadenas de radio para hacerme entrevistas sobre el
partido por haber anotado aquel tiro a palos. Ojalá no nos hubiéramos quedado
en esos tres puntos, pero esperemos que muy pronto el XV del León juegue otro
Mundial y tengamos una nueva oportunidad de anotar en uno ante la campeona del mundo
vigente.
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